miércoles, 30 de noviembre de 2011

TEMA 4. El teatro clásico europeo. El teatro isabelino en Inglaterra. Shakespeare y su influencia en el teatro universal. El teatro clásico francés.


  Tras la caída del Imperio Romano, durante el largo período medieval, se produjo un olvido general del teatro clásico. Pero esto no quiere decir que el teatro desapareciera totalmente, ya que sobrevivió el espectáculo teatral o parateatro (bufones, acróbatas y juglares), que se manifestó bajo formas teatrales ligadas a las fiestas religiosas: Carnavales, y Danza de la Muerte.

                                              

  Hacia el s.XII, el arte teatral renace en el interior de las iglesias, en las representaciones que conmemoraban las fiestas cristianas: Navidad y Pascua. Poco después sale al atrio de las iglesias y más tarde, a la calle y a las plazas. Tenemos ejemplos en diversos países:

A. En Francia: los miracles (historia de un pecador salvado milagrosamente por la Virgen), como el Miracle de Theophile ( S.XIII) y, en el  s. XIV, los misterios y moralidades (de intención didáctica y religiosa)

B. En España: los autos sacramentales y las representaciones teatrales religiosas de Navidad y Pascua.

  A partir del XIV, por iniciativa de humanistas italianos, resurge el teatro clásico en latín y, después, en lengua romance, escrito para ser leído: se trata de la comedia humanística (antecedente de la Celestina). En las cortes europeas del s. XV nace un teatro cortesano de temática profana y de inspiración clásica.

 EL TEATRO EUROPEO DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

   Vamos a encontrar un desarrollo paralelo en distintos países europeos:  de las formas dramáticas medievales, religiosas o profanas, se pasa, de una parte, a manifestaciones de teatro popular (farsas, enredos novelescos o improvisaciones) y, de otra, a las formas de teatro culto.

1. En Inglaterra y España, el teatro popular es dignificado por Lope y Shakespeare, y triunfa sobre el teatro culto, cortesano.

2. En Francia será el teatro cortesano y de moldes clásicos el que triunfe a partir de 1630.

3. En Italia se cultiva una género de gran repercusión en otros países: la comedia de enredo (mezcla de la comedia de Plauto y Terencio junto con la influencia de los novelistas en la línea de Boccaccio).Este tipo de comedia proporcionó argumentos, situaciones y tipos al teatro inglés y español. Pero la gran aportación italiana al teatro es la commedia dell’ Arte, de gran influencia sobre Moliere, entre otros. se trata de un género de teatro popular en el que, sobre un breve guión, los actores improvisan. Tiene una serie limitada de personajes, que son tipos (Arlequín, el criado ingenioso/ Spavento, el soldado fanfarrón y los enamorados). Se concede una gran importancia a la expresión corporal de los actores.

      
                       

1. EL TEATRO ISABELINO EN INGLATERRA.

  Dado que el Renacimiento se desarrolló en Inglaterra más tarde que en el resto de Europa, las manifestaciones literarias medievales se prolongaron hasta bien entrado el siglo XVI. El teatro no fue una excepción, y durante la primera mitad de este siglo predominó un teatro religioso de procedencia medieval. Sin embargo, como también ocurrió en España, se fueron abriendo paso poco a poco un teatro cortesano, que se representaba en las Universidades, y un teatro popular. Este último sería el que acabaría triunfando, y dando lugar al teatro isabelino inglés, que cubre las dos últimas décadas del siglo XVI y casi toda la primera mitad del siglo XVII. La denominación se debe a que se gestó durante el reinado de Isabel I (1559-1603), aunque también se extendió a los reinados de Jacobo I (1603-1625) y de Carlos I (1625-1649).

A. LOS TEATROS Y EL PÚBLICO


    El teatro popolar inglés comenzó a representarse en escenarios improvisados, como los patios de posadas, a los que acudía un público variopinto. Pero al iniciarse el ciclo isabelino ya existían lugares expresamente construidos para las representaciones teatrales. Los más importantes se edificaron en las proximidades de Londres, ya que dentro de la ciudad el teatro estaba prohibido. Especialmente destacados fueron The Swan, de forma circular, y The Globe, de forma hexagonal. Estas formas permitían que la mayor parte del público se distribuyera en el patio central del edificio, al aire libre, en torno del escenario que ocupaba parcialmente lo que hoy sería el patio de butacas. Las representaciones se hacían solo en las temporadas de clima benigno.
   Del mismo modo que en los corrales de comedias españoles, el público de estos teatros estaba integrado por gente de toda condición, con un predominio del estamento popular, por lo que sus gustos, al margen de los preceptos clasicistas, se imponían. Era un público que reclamaba diversión y emoción, y a estas exigencias se entregaron sin resistencia todos los autores.

                                
B. CARACTERÍSTICAS DEL TEATRO ISABELINO

   1. Se transgreden las unidades aristotélicas de lugar, tiempo y acción.
   2. Se mezcla la tragedia con la comedia.
   3. Se mezclan, igualmente, los personajes nobles con los plebeyos.
   4. En una misma obra pueden alternar el verso y la prosa.

  Circunscritas al drama o a la tragedia, merece especial atención la creación de piezas de tema histórico, que generaron un apasionado interés por el pasado, a menudo agitado y violento, de Inglaterra.

C. PRINCIPALES AUTORES

 A causa del interés del público por la renovación constante de las novedades teatrales, sería muy extensa la nómina de autores que se podrían citar. En cuanto a la autoría de las obras, es difícil atribuirla con seguridad en un número elevado de ellas, poque con frecuencia una misma pieaza podía ser escrita por varios autores; además, era frecuente que una obra fuera refundición de otra anterios, ya que no existía una conciencia arraigada de la propiedad sobre la creación dramática.

Thomas Kyd (1558-1594): fue uno de los primeros representantes del teatro isabelino. A él se debe una de las obras que marcaron el camino de la "tragedia de venganza", la "Tragedia española", que pudo ser la base para que Shakespeare escribiera "Hamlet".

Christopher Marlowe (1564-1593): en cuya biografía se encuentran muchos puntos oscuros y misteriosos (episodios de espionaje, muerte violenta no del todo esclarecida...), fue quizá el mejor dotado de los dramaturgos anteriores a Shakespeare. Destaca, sobre todo, por su "Tragedia del doctor Fausto" (1558), primera versión teatral de la leyenda alemana que siglos después elevaría Goethe a la categoría del mito. Siguieron a esta obra "El judío de Malta" y "Eduardo II", que sirvieron a Shakespeare para la composición de "El mercader de Venecia" y "Ricardo II".

Benjamin Jonson (1572-1637): fue amigo de Shakespeare y actor como él. Alternó la poesía y el teatro: como poeta fue laureado en fecha imprecisa, y como dramaturgo triunfó en los teatros durante más de veinte años, especialmente como autor de comedias. A este género pertenece su obra más destacada, "Volpone", de tema misantrópico, una obra maestra del humor.

WILLIAM SHAKESPEARE


    De la vida de uno de los más grandes genios que ha dado la literatura universal, no son muchos los datos seguros que se poseen. Nació en Stratford-onAvon en 1564, fue hijo de un comerciante acomodado. Poco se sabe de su formación académica, lo más probable es que realizara estudios primarios en la escuela de su ciudad y que la abandonara pronto para trabajar como aprendiz de algún oficio. Se sabe que se casó a los 18 años y que pronto se vio con 3 hijos. Durante años su pista se esfuma y reaparece en Londres en 1592, cuando comenzó a ser conocido como actor y autor. Formó parte de varias compañías teatrales, incluida la más importante de ellas, protegida por el Lord Chamberlain. Sus éxitos se sucedieron y pronto alcanzó una posición económica desahogada, hasta el punto de que en 1599 ya había creado su propia compañía, con la que se instaló en el teatro The Globe. Durante estos primeros años en Londres, se dedicó especialmente al drama histórico y a la comedia, en ocasiones refundiendo obras de otros autores coetáneos o tomando como punto de partida obras de otras épocas y literaturas.
   El cambio de siglo fue un punto de inflexión en la producción de Shakespeare. Su obra abandonó el tono cómico y se adentró en terrenos sombríos y de una profundidad sobrecogedora. Fue la etapa de sus más grandes tragedias ("Hamlet", "Otelo", "El rey Lear", "Macbeth"). Solo "Romeo y Julieta", tragedia igualmente grandiosa, fue creada en su etapa anterior.
   Pasados unos años volvió a dar un giro en su carrera, regresando a la comedia. Su última obra, "La Tempestad", que figura también entre sus mejores creaciones es de 1611.
   De todo este tiempo en el que Shakespeare daba al teatro algunas de las más importantes obras de la historia, se ignoran los detalles íntimos de su vida. Sí se sabe que en los últimos años vivió retirado en su ciudad natal, donde había adquirido importantes propiedades. Murió el 23 de abril de 1616.

EL TEATRO DE SHAKESPEARE

  Las 37 obras que conforman la producción dramática de Shakespeare constituyen tal vez el legado más impresionante de las letras inglesas. Su singularidad no se debe, sin embargo, a los planteamientos y los esquemas con que construía sus obras (para los que asumió las directrices que impuso el teatro isabelino) ni a la originalidad de las historias que abordaba, tomadas la mayoría de obras anteriores. Su grandeza hay que buscarla en:

a) Su estilo es asombrosamente rico: el dominio extraordinario de la lengua inglesa que el autor muestra le permite abarcar con maestría desde la expresión más exquisita y sublime hasta el gracejo del habla popular.

b) Tan potente riqueza estilística se puso al servicio de una aguda capacidad para impulsar los resortes de la emoción, de manera que el espectador no puede permanecer indiferente ante las palabras de sus personejes.

c) Elevó a sus criaturas a la categoría de personajes universales, al encarnar las pasiones más arrebatadoras (amor, celos, envidia, ambición...), pero sin someterlos al corsé deshumanizador de los prototipos.

d) Particularmente valiosa es su concepción del personaje cómico (clown) como contrapunto de los personajes más graves. Si en otros autores este personaje sirve para poner la nota cómica y aliviar la tensión de las situaciones dramáticas, en Shakespeare adquiere otra dimensión: sus intervenciones, sin perder el tono irónico, alcanzan en ocasiones auténtica hondura filosófica, de modo que el humor es con frecuencia más amargo que burlesco y la tensión dramática no se aligera, sino que se refuerza.
LAS COMEDIAS
   El enredo de raíz clásica (Plauto, Terencio) e italiana fue el punto de partida para la creación de las comedias de Shakespeare. En ellas el autor estudia todas las clases sociales, por lo que constituyen un reflejo de la sociedad. Sin embargo, sus personajes están lejos de ser meros estereotipos, sino criaturas de carne y hueso perfectamente individualizadas. Sin pretender ser aleccionadoras, de sus comedias se infieren los peligros de las actitudes nocivas, pero siempre se resuelven felizmente.
    Son buena muestra de todo ello las comedias de la primera etapa del autor, entre las que destacamos "La comedia de las equivocaciones", "El mercader de Venecia", "La fierecilla domada", "Sueño de una noche de verano", "Las alegres comadres de Windsor"...Aunque predomina en las tragedias el tono burlesco, algunas de ellas se tiñen de gravedad y melancolía. Es lo que se observa en las comedias que escribió en la misma época de sus grandes tragedias: "A buen fin no hay mal principio", "Medida por medida".  De su última estapa destaca "La Tempestad", en la que la fantasía y la magia colman de lirismo una obra optimista y serena.


LAS OBRAS HISTÓRICAS

  Una de las fuentes principales en el desarrollo del teatro isabelino fue la propia historia de Inglaterra. El pueblo inglés, que vivía con el reinado de Isabel I una relativa situación de paz, reclamaba con verdadero entusiasmo ahondar en el pasado cruento y belicoso de su país. Shakespeare no fue insensible a esta demanda, y escribió diez piezas históricas, entre dramas y tragedias, la mayoría durante la última década del siglo XVI: "Enrique IV", "Ricardo III", "Ricardo II", etc. El interés de estas obras no radica ya en las circunstancias o los episodios concretos del pasado, sino en la pasión con que se presentan las ambiciones humanas, relacionadas con el poder.

LAS OBRAS ROMANAS

  Los entresijos del poder también fueron sondeados por Shakespeare en la historia de Roma. Tampoco interesa aquí lo puramente histórico, sino la profundización en los conflictos internos de los personajes. La tiranía, la justicia, el deber patriótico son algunos de los temas sobre los que reflexiona el autor en estas obras, en ocasiones sacudidas por un vendaval de violencia: "Tito Andrónico", "Julio César"...

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